Tenemos a nuestra disposición algunas técnicas para organizar mejor la información de un texto. Entre las más frecuentes en el ámbito académico están el resumen, el esquema y el mapa conceptual.
Resumir, en primer lugar, es sintetizar con nuestras propias palabras las informaciones más importantes de un escrito. Se trata de un ejercicio frecuente en clase y una de las cuestiones clave de cualquier examen, incluido el de la PAU. Aunque nos pase desapercibido, a menudo realizamos esta actividad en nuestro día a día. ¿Cuándo no hemos contado el argumento de nuestra serie favorita? ¿Cuándo no hemos relatado lo más significativo de nuestras vacaciones de verano? En todos estos casos estamos resumiendo.
Los esquemas, por otra parte, son representaciones gráficas de un texto redactado que sintetizan también su contenido más significativo. Mientras que en el resumen desarrollamos las ideas mediante enunciados coherentes, cohesionados y adecuados, en el esquema, que se elabora con llaves, apartados numéricos o flechas, las ideas hay que enunciarlas de forma más sencilla y concisa. Además, a diferencia del resumen, donde no figuran las ideas secundarias, en el esquema se deben distinguir las ideas básicas, las secundarias, los detalles...
Finalmente, los mapas conceptuales son también representaciones gráficas esquemáticas que expresan la organización de las ideas en relación con un determinado tema. Permiten visualizar, pues, los conceptos y las relaciones jerárquicas que existen entre estos.
Dicho lo cual, os dejo ejemplos de esquemas y mapas conceptuales para que podáis realizarlos a partir de todos los contenidos que vamos viendo en cada una de las unidades didácticas. Recuerdo que su realización (o de esquemas o de mapas conceptuales, lo que prefiráis) NO es obligatoria, pero quien los haga debe incluirlos en cada dosier que entreguéis antes del examen.
De momento, ya podéis ir realizando un esquema que gire en torno a la comunicación humana: tipos, elementos de la comunicación, finalidades, etc.