Transmitir nuestros sentimientos y emociones a través de la expresión corporal es una tarea muy gratificante que requiere de un trabajo en equipo y una preparación previa. Para tal fin, recurrimos a la dramatización como vehículo para comunicarnos y reflexionar sobre diversas situaciones cotidianas de la vida diaria.
En el blog Acción Escénica se ofrece una guía completa para dominarla y conocerla en profundidad, pues eso es lo que vamos a practicar esta semana.
Para realizar una lectura dramatizada con éxito, sigo estos pasos:
- Leo el texto varias veces para darle sentido.
- No me olvido de respirar.
- Proyecto mi voz. Aunque el personaje susurre, debe ser oído por quienes estén en la última fila del auditorio.
- Vocalizo.
- Modulo la voz acorde con el mensaje transmitido.
- Siempre hay una intención comunicativa: convence, emociona, asusta, divierte... Tienes un gran abanico de posibilidades a tu disposición.
- Pongo emoción.
- Siento mi cuerpo y expresión facial: no nos olvidamos de incluir la corporalidad y la expresión del rostro y adecuarlos a la intención, la emoción y el mensaje.
- Disfruta y si te equivocas, improvisa o reconócelo.
Os facilito una sencilla rúbrica que os oriente en la tarea.
- Demuestro excelente claridad en la expresión oral, con un buen volumen de voz (0,1 puntos).
- Vocalizo y se entiende lo que se dice (0,1 puntos).
- Uso un lenguaje paraverbal correcto, realizando énfasis, pausas y entonaciones adecuadas (0,2 puntos).
- Apoyo el lenguaje verbal con gesticulaciones y movimientos faciales o corporales (0,2 puntos).
- Interpreto de manera convincente, transmitiendo emociones y estados de ánimo de forma creíble (0,2 puntos).
- Intervine cuando me correspondía (0,1 puntos).
- Participo en la dramatización de forma atenta, activa y respetuosa, sin distraerme o interrumpir (0,1 puntos).
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