Seguro que en estas últimas semanas habéis oído hablar (o incluso visto ya) de la serie con sello británico de Netflix Adolescencia, que ha provocado un alud de comentarios sobre su fondo y forma.
El fondo nos plantea una idea clara: la de quienes creen que los peligros de hoy en día (tal como vimos en el reportaje de RTVE hace unos días) han cambiado de escenario. Aunque la calle pueda presentar sus propios riesgos, ahora nos enfrentamos en línea a amenazas como el ciberacoso, el robo de identidad y la desinformación. Es importante ser conscientes de todo ello y tomar precauciones, como proteger nuestra información personal y ser críticos con lo que consumimos en la red. De hecho, la serie, último gran éxito de la plataforma, pone el foco en el entorno de un joven incel (involuntary celibate) acusado de asesinar a una compañera de clase.Fotograma de la serie británica - La forma nos lleva a una estructura de tan solo cuatro capítulos, cada uno de los cuales se centra en una fase del proceso (los primeros minutos tras la detención, la investigación policial en el centro escolar, la charla entre psicóloga y acusado y el día a día de la familia más de un año después de la detención del hijo). Pero es que además cada uno de los cuatro episodios se presenta sin cortes, es decir, en cuatro magistrales planos secuencias, uno por capítulo.
Para favorecer el pensamiento crítico y poner en práctica todos vuestros conocimientos discursivos, gramaticales y lingüísticos, me gustaría plantearos esta cuestión que me ha surgido tras el visionado de la serie:
Escribe un texto argumentativo (por favor, sin utilizar ChatGPT) en el que expongas tu opinión y argumentos variados sobre el posible paralelismo entre la ventana y las redes sociales/Internet/pantalla/ordenador del siglo XXI.
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